
Pero él, el Señor,
vestido de hombre,
habiendo sufrido por el que sufría,
atado por el que estaba detenido,
juzgado por el culpable,
sepultado por el que estaba enterrado,
resucitó de entre los muertos y clamó en voz alta:
¿Quién se levantará en juicio contra mí?
Que venga a enfrentarse conmigo.
Yo he liberado al condenado.
Yo he vivificado al que estaba muerto.
Yo he resucitado al que estaba sepultado.
¿Quién puede contradecirme?
Yo, dice, Cristo,
he destruido a la muerte,
he triunfado del enemigo,
he pisoteado el Hades,
he maniatado al fuerte,
he arrebatado al hombre a las alturas de los cielos.
S Melitão de Sardes. Sermão pascal
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